miércoles, 15 de abril de 2015

La sencilla y muy felíz forma de desahogarse.

Problemas, situaciones difíciles, tristezas, frustraciones, sentimientos encontrados, despedidas o simplemente cambios hormonales nos producen ese famoso nudo en la garganta, dolor en el pecho o un enorme hueco en el estómago. Cuando pasan este tipo de cosas que son inevitables, no podemos dejar a un lado que una parte de nuestro ser se dañó ya que existe ese algo que no nos deja respirar de la forma que quisiéramos y es necesario sacarlo o expresarlo de alguna manera, ya que si lo dejamos quedarse puede llegar a consumir nuestra energía. Y es en ese momento cuando llega el famoso DESAHOGO. ¿Qué haces tú para desahogarte?, ¿Eres de las que grita, llora, hace berrinche? ¿Qué te produce un poco de paz en el momento más crítico? ¿Qué te hace ver una pequeña luz en la obscuridad?, ¿Que hace que tu mundo se despeje?, ¿Cuál es esa pequeña acción que te permite estar feliz contigo mismo? No hablo de los hijos, ni de las amigas, ni de la pareja, ni de luchar por la familia. Hablo de lo que tu ser disfruta, de lo que tú mismo realizas y sientes como se te ilumina la cara al hacerlo, hablo de que cuando platicas de ello nadie te para, hablo de eso que piensas y sonríes ¿Cómo encuentras esa paz en tu interior aunque sea por un momento? Desahógate con tus pasiones, desahógate con las cosas que disfrutas hacer, desahógate con tus hobbies. Deja a un lado por un momento las cosas que a tu familia o a tus amigos le gustan. Esto es tan sencillo que no tienes que dejar de lado tu trabajo, o tus ocupaciones como mamá, esposa o trabajadora. Encuentra el momento perfecto y vuélvete a poner tus tenis para ir a correr, vuelve a tomar una fotografía, vuelve a usar tus zapatillas de ballet, vuelve a leer y re leer un libro, vuelve a cocinar, a subirte a la bici, a decorar tu casa, a comprar algo lindo, hacer yoga, a meditar, a coleccionar algo o a ver películas. Yo por ejemplo....Volví a escribir Y verán lo feliz y plena que me siento.